Plan secreto contra Alemania
De esta reunión no tendría que haberse enterado nadie: políticos de alto rango del partido AfD (Alternativa para Alemania), neonazis y empresarios con poder financiero se reunieron en un hotel cerca de Potsdam en noviembre de 2023. Planeaban nada menos que la expulsión de millones de personas de Alemania.
Un par de docenas de personas ingresan poco a poco al luminoso salón de un hotel cerca de Potsdam. Algunos son miembros del partido AfD. Un destacado líder del Movimiento Identitario (grupo de neoderecha y extrema derecha surgido en Alemania a finales de 2012) está allí también. Otros son miembros de fraternidades, integrantes de la clases media, abogados, políticos, empresarios y médicos. También hay dos representantes de la CDU (Unión Demócrata Cristiana de Alemania), miembros de la Werte Unión, una fracción del partido cercana a la ideología de extrema derecha.
El periódico Die Zeit recién acaba de publicar un perfil detallado sobre la copropietaria del hotel donde se lleva a cabo este evento, en el que se describe su cercanía con los círculos de la derecha.
Dos hombres son quienes invitaron a la reunión. Uno pasa ampliamente de los 60 años y ha estado involucrado en los grupos de la extrema derecha durante la mayor parte de su vida: Gernot Mörig, un antiguo dentista de Düsseldorf. El otro es Hans-Christian Limmer, un conocido inversionista en el sector de la gastronomía. Limmer hizo crecer la cadena de panaderías de bajo coste Backwerk y hoy es accionista de la cadena de hamburguesas “Hans im Glück” y del proveedor de alimentos “Pottsalat”. A diferencia de Mörig, Limmer no está presente; queda como el hombre rico en segundo plano. Cuando CORRECTIV le consultó -antes de la publicación de este texto- sobre la reunión, respondió que se distanciaba del contenido de ésta y aseguró que “no había desempeñado ningún papel” en la planificación.
Prólogo – entre bambalinas
Es la mañana del 25 de noviembre de 2023, poco antes de las nueve, un sábado sombrío. La nieve se acumula sobre los coches estacionados en el patio. Lo que ocurre este día en el hotel villa Adlon parece una obra de teatro pero es realidad. Aquí se muestra lo que puede ocurrir cuando se mezclan ideólogos de la extrema derecha, representantes de AfD y simpatizantes pudientes de la derecha. Su objetivo más importante: que se pueda expulsar a personas de Alemania bajo criterios racistas – independientemente de si tienen pasaporte alemán o no.
La reunión debe mantenerse en secreto. La comunicación entre los organizadores y los invitados se da mediante cartas. CORRECTIV posee copias de éstas. Y además hicimos fotografías. Por delante y por detrás del edificio. También pudimos filmar de incógnito dentro del hotel. Un reportero nuestro estuvo en el lugar con una cámara y se registró en el hotel con otro nombre. Siguió la reunión de cerca y pudo observar quién llegó y quién participó en ella. Además, Greenpeace investigó el encuentro y facilitó a CORRECTIV fotos y copias de documentos. Nuestros reporteros hablaron con varios miembros de AfD; las fuentes proporcionaron a CORRECTIV pruebas de las declaraciones de los participantes.
Eso nos permitió reconstruir la reunión al detalle.
Se trata de mucho más que una reunión de ideólogos de derechas, algunos de los cuales tienen mucho dinero. Entre los participantes hay personas con influencia dentro de AfD. Uno de ellos desempeñará un papel clave en esta historia. Se jacta de hablar ese día en nombre de la presidenta federal del partido. Es el asesor personal de Alice Weidel.
A unos diez meses de las elecciones en los estados federados de Turingia, Sajonia y Brandeburgo, esta reunión demuestra que las actitudes racistas se extienden a nivel federal dentro del partido. El tema no se limita sólo a las actitudes; algunos de los políticos también quieren actuar en consecuencia, a pesar de que afirman no ser un partido de extrema derecha.
Toda la situación es jurídicamente delicada para AfD en el contexto del debate que existe actualmente en el país sobre una posible prohibición del partido. Al mismo tiempo, es un anticipo de lo que podría ocurrir si la formación llega al poder en Alemania.
Lo que este fin de semana se está esbozando aquí es un ataque a la existencia de las personas y un ataque a la Constitución de la República Federal de Alemania.
Los participantes
AfD
Roland Hartwig, asesor personal de la presidenta del partido Alice Weidel
Gerrit Huy, Gerrit Huy, diputada federal
Ulrich Siegmund, presidente del grupo parlamentario de Sajonia-Anhalt
Tim Krause, vicepresidente del partido en el distrito de PotsdamEL CLAN MÖRIGGernot Mörig, dentista jubilado de Düsseldorf
Arne Friedrich Mörig, hijo de Gernot Mörig
Astrid Mörig, esposa de Gernot MörigNEONAZIS
Martin Sellner, activista austriaco de extrema derecha
Mario Müller, miembro del Movimiento IdentitarioANFITRIONES
Wilhelm Wilderink
Mathilda Martina HussOTRAS ORGANIZACIONES
Simone Baum, dirigente de la Wertunion, una fracción de la CDU, en Renania del Norte -Westfalia
Michaela Schneider, miembro suplente de la junta directiva Wertunion en Renania del Norte-Wesfalia
Ulrich Vosgerau, antiguo miembro del Patronato de la Fundación Desiderius ErasmusOTROS
Silke Schröder, directora de la Asociación de la Lengua Alemana
Alexander von Bismarck
Henning Pless, médico de medicina alternativa y esotérico de extrema derecha
Un empresario informático
Un neocirujano austriaco
Dos empleados del hotel
Acto 1 Escena 1: Un hotel junto al lago
La villa se encuentra a orillas del lago Lehnitz, no lejos de la ciudad de Potsdam. Es una construcción de los años veinte con techo de tejas y vista al lago. Los primeros huéspedes llegan la víspera de la reunión. Un todoterreno blanco con placas de la ciudad de Stade entra a la finca, la música de la banda Frei.Wild suena por la ventana: “Nosotros, nosotros, nosotros, nosotros estamos creando Alemania”.
Muchos invitados llegan al día siguiente, sábado, por la mañana. El piso de parqué del salón donde es la cita los conduce hacia una mesa dispuesta en blanco, con alrededor de 30 platos, sobre cada uno una servilleta doblada.
Muchos recibieron invitaciones personales con la información esencial: se habla de una “red exclusiva” y de una “donación mínima” de 5.000 euros, que se recomienda hacer a los participantes. La recaudación de dinero es la “tarea central del evento”, según la carta del “Foro de Düsseldorf”, como se autodenomina el grupo. Y parece que persigue este objetivo: recaudar donativos de personas adineradas y empresarios que en secreto quieren apoyar alianzas de la extrema derecha. “Se necesitan patriotas que hagan algo de manera activa y personalidades que financien estas actividades”, reza la invitación. Durante la reunión los organizadores anunciarán una “cuenta neutral”, aunque la cantidad también puede pagarse en efectivo.
Pero ¿para qué son las donaciones?
Hay una primera pista en la invitación, firmada por los organizadores Mörig, el dentista, y Limmer, el antiguo accionista de la cadena de panaderías Backwerk. En otra carta de invitación, a la que CORRECTIV tuvo acceso, Mörig escribe: hay un “concepto general, en el sentido de un plan maestro”. Éste será presentado por un orador que él anuncia con orgullo: “Nada menos” que Martin Sellner, el rostro más antiguo del Movimiento Identitario de extrema derecha en Alemania. Así que cualquiera que asista ese fin de semana sabe, por tanto, de qué se tratará.
Acto 1 Escena 2 – Un plan maestro para deshacerse de los inmigrantes
Sellner, escritor y figura destacada de la Nueva Derecha (movimiento cuyo objetivo es la renovación intelectual del extremismo de derechas) es el primer orador de la reunión. Mörig le anuncia y dice que Sellner tiene el plan maestro. No tarda en ir al grano: la “remigración” o emigración de retorno.
El organizador otorga a la tesis de Sellner un peso especial. Todo lo demás, como la postura sobre las medidas contra el coronavirus y las vacunas o la situación en Ucrania e Israel, son puntos de discordia en la derecha. La única cuestión que les une es la de la remigración: “si todavía sobrevivimos o no como pueblo en Occidente”.
Gran parte de los discursos y debates de este día girarán en torno a este punto central, la “remigración”.
Sellner toma la palabra. Durante su presentación explica el concepto de la siguiente manera: hay tres grupos de inmigrantes que deberían abandonar Alemania. O, como él dice, habría que “revertir el asentamiento de extranjeros”. Enumera a quiénes se refiere: solicitantes de asilo, extranjeros con derecho de residencia en el país y “ciudadanos no asimilados”. En su opinión, estos últimos son el mayor “problema”. Dicho de otra forma, Sellner divide a la gente entre los que deberían poder vivir en Alemania sin problemas y aquellos para quienes este derecho básico no debe existir.
Las ideas planteadas en este día se reducen fundamentalmente a una cosa: que las personas puedan ser expulsadas de Alemania si tienen el color de piel o el origen supuestamente equivocados, y no están lo suficientemente “asimiladas” en opinión de gente como Sellner. Incluso si se trata de ciudadanos alemanes. El plan se dirige contra el derecho a existir de determinadas personas en Alemania, lo que sería un ataque a la Constitución, al derecho de ciudadanía y al principio de igualdad.
Acto 1, Escena 3 – Sin objeciones de parte de AfD – pese al debate en torno a la prohibición de su existencia
En cuanto al contenido, en la reunión no hay críticas contra el “plan maestro”. Sólo hay dudas sobre su viabilidad.
Por ejemplo, Silke Schröder, empresaria inmobiliaria y miembro de la junta directiva de la Asociación de la Lengua Alemana, afiliada a la CDU, se pregunta cómo funcionaría el plan en la práctica. Porque en cuanto una persona tiene un pasaporte “apropiado”, se hace “imposible” echarla.
Según Sellner, esto no es un obstáculo. Y explica: Hay que ejercer una “gran presión” sobre la gente para que “se adapte”, por ejemplo mediante “leyes a medida”. La remigración no es algo que pueda hacerse a toda prisa; es “un proyecto que llevará décadas”.
Los miembros presentes de AfD tampoco pusieron objeciones, al contrario. La diputada en el parlamento alemán Gerrit Huy subrayó que ella llevaba tiempo persiguiendo el objetivo esbozado.
Cuando hace siete años se afilió al partido ya “traía consigo un concepto de remigración”. Por eso, según ella, AfD ya no se opondría a la doble nacionalidad. “Así puedes volver a quitarles la alemana, y siguen teniendo una”. En palabras de Huy, a los inmigrantes con pasaporte alemán se les atraería así hacia una trampa.
El líder del grupo parlamentario de AfD en Sajonia-Anhalt, Ulrich Siegmund, también está en la sala. Más tarde intervendrá para pedir donaciones. El hombre es poderoso en su partido, en parte porque la agrupación regional de éste tiene altos índices de aprobación. Su argumentación está en línea con el “plan maestro”: la imagen de las calles debe cambiar, hay que presionar a los restaurantes extranjeros. Vivir en Sajonia-Anhalt debe ser “lo menos atractivo posible para esta clientela”. Y eso podría hacerse realidad muy fácilmente. Sus comentarios podrían tener consecuencias ya en las próximas elecciones.
CORRECTIV envió a algunos de los participantes preguntas sobre la reunión una vez celebrada. Entre otras: visto en retrospectiva, ¿qué opina de las declaraciones clave que ahí se hicieron?
La diputada de AfD Gerrit Huy no respondió a nuestras preguntas antes del cierre de edición, como tampoco lo hicieron el político de la misma formación Roland Hartwig ni la presidenta federal del partido.
El mediático bufete de abogados Hacker respondió por Ulrich Siegmund, de Sajonia-Anhalt, como suele hacerlo: no permite que se cite su respuesta, pero asegura que se hacen acusaciones falsas contra su cliente. Entre otras, afirma que Siegmund no se encontraba allí como diputado de AfD, sino como “particular”. En su respuesta, el bufete deja abierta la cuestión de qué opina el líder regional de AfD sobre el concepto de “remigración”. Se limita a afirmar que no es cierto que quiera “deportar ilegalmente a la gente”.
Y Gernot Mörig se distancia. Él dice recordar las declaraciones de Sellner de otra manera. Nos escribe que, si hubiera percibido esas declaraciones con tal sentido, “no las habría dejado pasar sin objetarlas”, especialmente en lo que se refiere a la desigualdad de trato de ciudadanos alemanes.
Animada por su reciente aumento de popularidad, AfD se siente optimista. El giro general a la derecha en el país ha dado alas al partido. Según las últimas encuestas, sería la principal fuerza política en estados federales como Sajonia y Turingia, con más del 30% de los votos, muy por delante de los conservadores de la CDU, de los socialistas del SPD y de los Verdes. Al mismo tiempo, sin embargo, el partido está bajo presión. La Oficina para la Protección de la Constitución, el servicio de inteligencia nacional alemán, clasifica a AfD en Turingia, Sajonia-Anhalt y Sajonia – todos ellos, estados federales en el este del país – como grupos de extrema derecha. Más recientemente, clasificó a su ala juvenil en el estado occidental de Renania del Norte-Westfalia, Alternativa Joven (JA, por sus siglas en alemán), como posible grupo extremista. Las razones aducidas para ello fueron su proximidad al movimiento identitario, sus opiniones “etnonacionalistas” y “su desprecio por las personas de origen inmigrante”.
El debate sobre si AfD debe prohibirse está cobrando cada vez más fuerza en el país. Una petición para prohibir el partido consiguió más de 400.000 firmas, y el diputado de la CDU Marco Wanderwitz recaba apoyos en el Parlamento alemán para promover una moción que lo prohíba.
Sin embargo, AfD insiste en presentarse como una fuerza democrática. “La AfD es un partido político dentro del Estado de Derecho y, por tanto, promete su lealtad inequívoca a la nación alemana, que incluye a todas las personas que tienen la ciudadanía alemana”, afirma en su página web. Los inmigrantes con pasaporte alemán son “tan alemanes como los descendientes de una familia que lleva siglos viviendo en Alemania”. “Para nosotros, no hay ciudadanos de primera y de segunda clase”, prosigue el partido.
Las declaraciones de los políticos de AfD en la reunión de Potsdam sugieren algo muy diferente. Allí, protegidos de la mirada pública, no tienen ningún problema en proclamar sus ideales racistas. De hecho, no hay diferencias significativas entre sus opiniones y las de los ideólogos de extrema derecha.
Acto 1, Escena 4: La utopía nazi
Afuera, la nieve se convierte en un barro gris. Pero en el interior del hotel el grupo está de buen humor, según nuestras fuentes. Es un buen momento para ellos. Gernot Mörig cuenta a los invitados que normalmente es un tipo bastante pesimista, pero que hoy se siente esperanzado. Y eso es en parte gracias al “plan maestro” del líder Sellner.
Se habla incluso de un “estado modélico” en el norte de África al que trasladar ala gente y en el que, según Sellner, podría darse cabida hasta a dos millones de personas. Incluso podría haber allí ofertas educativas y deportivas. Y cualquier persona que abogue a favor de los refugiados podría irse también allí con ellos, añadió Sellner.
El proyecto de Sellner recuerda al plan nazi de 1940 de deportar a cuatro millones de judíos a la isla de Madagascar. No está claro si Sellner tenía en mente este paralelismo histórico cuando ideó su plan. También puede ser mera coincidencia que los organizadores del evento eligieran un lugar situado a menos de 8 kilómetros de la villa donde se celebró la Conferencia de Wannsee, la reunión en la que los nazis coordinaron el exterminio sistemático de los judíos.
En el hotel, Sellner aborda otro tema incendiario para la extrema derecha, el problema del llamado “voto étnico”. Incluso ha registrado el término como nombre para un dominio en internet. Según Sellner, el problema “no es sólo que los extranjeros vivan aquí. También votan aquí”. El “Voto étnico” se refiere a la probabilidad de que los inmigrantes voten sobre todo a partidos “favorables a la inmigración”.
Los argumentos de Sellner no son sólo intentos de deslegitimar las elecciones, sino que también consideran a los ciudadanos alemanes como extranjeros en su propio país. Según la Oficina Federal de Estadística, 20,2 millones de alemanes tienen una “historia migratoria”, lo que significa que ellos o sus padres emigraron a Alemania a partir de 1950.
Los sucesos del hotel en Potsdam dejan claro cómo se entrecruzan las estrategias de diversos actores y organizaciones de extrema derecha. Sellner aporta las ideas, los políticos de AfD las asumen y las llevan al partido. Otros, en segundo plano, se encargan de establecer contactos y de atraer a simpatizantes adinerados de las clases medias conservadoras. Y los debates giran siempre en torno a una pregunta: ¿Cómo se puede conseguir una comunidad étnica homogénea en Alemania?
Acto 2, Escena 1: Influencers que ayudarán a poner en marcha el plan maestro
El debate se centra ahora en los detalles prácticos, los pasos que hay que dar. Mörig, que más tarde, a preguntas de CORRECTIV, se declara como único organizador del evento, quiere seleccionar un comité de expertos que afine los detalles de este plan de deportaciones masivas. Estos expertos se asegurarán de que el plan maestro se ejecute “ética, legal y eficazmente”, de modo que el desplazamiento forzoso de personas por motivos raciales tenga el disfraz de una política migratoria legal. Mörig ya tiene en mente un candidato para el comité: Hans-Georg Maaßen, antiguo director de la Oficina Federal para la Protección de la Constitución, el servicio de inteligencia nacional alemán.
El nombre de Maaßen aparece varias veces a lo largo del fin de semana. Según varios informes, está previsto que anuncie el lanzamiento de su propio partido político en enero. Los asistentes a la reunión de Potsdam ya lo saben. Aunque mencionan la nueva agrupación en varias ocasiones, no parecen tomárselo demasiado en serio. Están más preocupados por sus propios planes y por cómo se harán realidad cuando, en palabras de Mörig, “una fuerza patriótica haya llegado al poder en este país”.
El grupo se centra ahora en cómo convertir la idea de la remigración en una estrategia política. Sellner afirma que hay que crear “poder metapolítico y prepolítico” para “cambiar el clima de la opinión pública”. Una primera línea política activa debe estar preparada para apoyar al Gobierno de derechas entrante en Alemania tras las elecciones.
Y parte de este apoyo, como queda claro durante las presentaciones y discursos, tiene que ser financiero. Hay que pagar influencers, propaganda, campañas y proyectos universitarios. Una parte del plan es establecer un clima de derecha anti-establishment. Otra consiste en debilitar la democracia alemana cuestionando las elecciones, desacreditando al Tribunal Constitucional, suprimiendo las opiniones contrarias y atacando a la radio y televisión públicas.
Acto 2, Escena 2: Como si la balanza del poder ya se hubiera inclinado
Un orador sigue al siguiente, las charlas duran alrededor de una hora cada una. Se sirve el almuerzo y una mesera parece molesta por la cantidad de invitados que tiene que atender.
Por la tarde, le toca hablar a Ulrich Vosgerau. Es abogado y fue miembro del patronato de la Fundación Desiderius Erasmus, afiliada a AfD, y actualmente representa del partido ante el Tribunal Constitucional alemán en un litigio sobre la financiación de la fundación.
El jurista especializado en derecho constitucional habla del voto por correo, de los procesos legales, del secreto del voto y de su preocupación por las votantes de origen turco que, según él, no pueden formarse una opinión independiente. Más tarde, en respuesta a la pregunta expresa de CORRECTIV al respecto, confirma haberlo expresado. Sin embargo, asegura no recordar lo referente a la idea de expatriar a ciudadanos alemanes. En la reunión, Vosgerau asegura que sería concebible elaborar un modelo de carta antes de las próximas elecciones para poner en duda la legalidad de las mismas. Su discurso es recibido con aplausos.
Vosgerau y otros hablan como si la balanza de poder ya se hubiera inclinado a su favor. Creen que están a punto de lograr algo grande. Con el mismo estilo, hace su presentación Mario Müller, miembro del movimiento identitario, con varias condenas a sus espaldas por agresión, y actual asistente de investigación del diputado de la AfD Jan Wenzel Schmidt. En su discurso, Müller también habla como si la victoria estuviera ya a la vista.
Acto 3, Escena 1: El clan Mörig
Los travesaños de las ventanas permiten tener una vista de los presentes. El salón en el que se encuentran emana un esplendor antiguo: un pequeño clavicordio en la esquina, un reloj de pie en la pared, y muchos de los invitados visten de traje y corbata.
Las cosas parecen ir bien y el plan está elaborado, o al menos esbozado. Pero todo depende de la financiación, algo que Gernot Mörig sabe muy bien. En la década de 1970, Mörig fue jefe de la “Liga de la Juventud Patriótica” (Bund Heimattreuer Jugend), una organización juvenil de extrema derecha que promovía la ideología nazi. Una escisión del grupo, los “Jóvenes Patriotas Alemanes” (Heimattreue deutsche Jugend), fue prohibida en 2009 debido a su programa neonazi. De hecho, el grupo era tan derechista que Andreas Kalbitz, antiguo líder de la AfD en Brandenburgo, fue expulsado del partido cuando se descubrió que había asistido como invitado a uno de sus campamentos.
Fue Mörig quien seleccionó a los invitados y fijó el orden del día de esta reunión secreta. Fue él quien escribió sobre el “plan maestro” en la invitación al evento y pidió donativos a los participantes. Les ofrecía la posibilidad de, una vez en el hotel, entregar “discretamente” sus donativos en efectivo a su mujer. Más tarde, explica que el dinero recaudado se utilizará para apoyar a organizaciones más pequeñas, como la de Martin Sellner.
Esto significa que todos los invitados que donaron dinero lo hicieron a sabiendas de que estaban financiando al movimiento identitario y al propio Sellner. Lo dice Mörig, quien además quiere algo más.
Presenta a los asistentes una lista de simpatizantes que supuestamente quieren donar dinero o ya lo han hecho, entre los que se encuentran personas no presentes este día como Christian Goldschagg, fundador de la cadena de gimnasios Fit-Plus y antiguo accionista de la editorial Süddeutscher o Klaus Nordmann, empresario de clase media de Renania del Norte-Westfalia, al oeste del país, e importante donante de AfD. Más tarde, Goldschagg aseguró a CORRECTIV que “no había transferido ninguna cantidad para ese evento o para el proyecto” y que no tenía nada que ver con AfD. En tanto Nordmann respondió a nuestra redacción que no había donado 5.000 euros y que no se sentía obligado a hacerlo.
Mörig menciona otros nombres. Alexander von Bismarck, por ejemplo, quien llamó la atención por su actitud comprensiva hacia Rusia también está sentado en la sala. Mörig no duda en alardear de quién ha transferido ya una “elevada suma de cuatro cifras como donación” o de quién todavía lo hará. Antes, las donaciones se canalizaban a través de la cuenta privada de su cuñado, un banquero, quien le pidió que se buscara otra solución. Los que se sientan más cómodos, explica Mörig, pueden dejar un donativo en efectivo a su mujer. Sin embargo, parece querer organizar algo más profesional y anuncia que, “para la próxima reunión, probablemente tendremos también una asociación no registrada” a través de la cual se podrán hacer transferencias bancarias, explica a los invitados.
Acto 3, Escena 2: Un político de AfD solicita millones en donaciones directas
Ulrich Siegmund, jefe del grupo parlamentario de AfD en Sajonia-Anhalt, también necesita dinero. Ya está pensando en los próximos comicios y en la publicidad electoral que quiere enviar, a ser posible directamente a los buzones de los ciudadanos. Quiere escribir al menos una vez a cada votante. También será necesaria publicidad tradicional en radio y televisión. Y para ello le hace falta dinero “además del que proporciona el partido”: 1,37 millones de euros más, para ser exactos. Podría tratarse de un intento de eludir la caja oficial del partido, canalizando el dinero directamente hacia él, algo no necesariamente ilegal. La AfD ya ha protagonizado varios escándalos de donaciones.
Siegmund dice a ese respecto que las donaciones oficiales del partido son “por supuesto, con diferencia, la forma más segura” de apoyarles. “No obstante”, hay otras “formas absolutamente legales de hacer donaciones”. Sugiere hacerlo a través de “agencias” y “terceros”. Se invita a los presentes a que discutan las opciones con él en privado para encontrar “la mejor para cada persona.”
Acto 3, Escena 3: La mano derecha de Alice Weidel
El hecho de que miembros de AfD mantengan estrechos vínculos con neonazis y la Nueva Derecha no es nada nuevo. Hasta ahora, sin embargo, el partido había achacado tal problema a casos individuales en las agrupaciones regionales y locales.
Pero esta vez un alto político del partido se encuentra en la reunión con extremistas de derechas en Potsdam. Se trata de Roland Hartwig, antiguo diputado de AfD que ahora trabaja como asesor personal de la presidenta del partido, Alice Weidel. Según varias personas de la cúpula de AfD, Hartwig es el “secretario general oficioso del partido”, alguien que tiene una influencia significativa en los niveles más altos de la toma de decisiones de la organización.
En la reunión Hartwig se declara un gran admirador del representante de la Nueva Derecha Sellner, cuyo libro -dice- está “disfrutando enormemente”. También habla del “plan maestro” y anuncia que AfD está redactando un proyecto de demanda en contra de las cadenas públicas de radio y televisión alemanas. Esto será parte de una campaña que, según él, está planeando para demostrar el exceso de financiación de las cadenas de Estado.
El hijo de Mörig, por su parte, también tiene un plan para presentar en la reunión. Encaja perfectamente con las ideas de Sellner. Arne Friedrich Mörig quiere crear una agencia para influencers de derecha. Hartwig menciona la posibilidad de que AfD cofinancie el proyecto. Esto les permitiría influir en las elecciones, señala Hartwig, especialmente a través de los jóvenes. “La generación que tiene que cambiar el juego político ya está ahí”, afirma, y AfD planea dirigirse a los jóvenes en plataformas como TikTok y YouTube con contenidos que normalicen las ideas del partido.
Según Hartwig, el siguiente paso en este proyecto será presentar el plan a la dirección federal y convencer al partido de que también se beneficiará de él.
Hartwig hace una declaración decisiva: “La nueva directiva federal, que ya lleva año y medio en el cargo, está abierta a esta cuestión. Por tanto, estamos dispuestos a usar el dinero y promover temas que no beneficien directamente sólo al partido.”
Da la impresión de que Hartwig, mano derecha de Alice Weidel, está actuando como intermediario ante el comité ejecutivo federal de la AfD, para hacer llegar al partido el contenido de esta reunión. Al cierre de esta edición no había respondido a las preguntas de CORRECTIV sobre la reunión.
Epílogo
La noche siguiente a la reunión secreta todo está tranquilo. El hotel parece desierto. Sólo se distingue el parpadeo de una pantalla de televisión a través de la ventana de una de las suites.
¿Qué hemos aprendido de esta reunión?
Que hay un dentista jubilado que tiene una red conspirativa de compañeros de extrema derecha. Que representantes federales de AfD se reunieron con activistas radicales de derecha y neonazis. Que tienen un «plan maestro» para deportar a ciudadanos alemanes, un plan que socavaría los artículos 3, 6 y 21 de la Constitución alemana. Y que hay un número importante de ricos que podrían convertirse en donantes para este proyecto. Nos enteramos también que hay un experto en derecho constitucional alemán que ha esbozado métodos jurídicos para poner sistemáticamente en duda las elecciones democráticas. Que hay un político regional de AfD que quiere organizar donaciones electorales al margen del partido. Y que hay un hotelero en Potsdam que ganó algo de dinero para cubrir sus gastos.
El equipo CORRECTIV responsable de la investigación
Texto e investigación: Marcus Bensmann, Justus von Daniels, Anette Dowideit, Jean Peters, Gabriela Keller
Diseño: Charlotte Eckstein, Maximilian Bornmann, Mohamed Anwar
Comunicación: Luise Lange-Letellier, Valentin Zick, Esther Ecke, Elena Schipfer
Comprobación de hechos: Elena Kolb
Colaboradores: Jonathan Sachse, Gesa Steeger, Pia Siber, Finn Schöneck, Tobias Hauswurz
Traducción: Underground Periodismo Internacional